sábado, 25 de agosto de 2007

El proceso de evaluación: condicionantes; concepciones y actitudes del evaluador


El proceso de evaluación en el sistema educacional chileno, en la mayoría de los casos, es decir, en las escuelas y liceos municipalizados, se transforma en un conjunto de acciones orientadas a la obtención de información y su posterior registro en forma de calificaciones (notas), a pesar de la Reforma Curricular que se desarrolla en Chile desde la década de los 90. De esta manera, el docente termina por realizar prácticas alejadas de los ámbitos psicológicos, sociales, culturales, éticos, etc. En este sentido, la evaluación otorga más importancia a los resultados cuantitativos (calificaciones o notas) ante el proceso mismo de enseñanza-aprendizaje.

Ante esta situación, lo importante es descubrir el trasfondo de la problemática, pues mientras en el proceso de evaluación estén involucradas relaciones personales y sociales, este se va a ver afectado y condicionado por influencias de diferentes tipos. Según Miguel Santos Guerra, especialista en Didáctica y Organización Escolar, de la Universidad de Málaga, la evaluación que se realiza en las instituciones esta penetrada por dimensiones psicológicas, políticas y morales.

No obstante lo anterior, podemos sostener además que el principal factor condicionante lo constituye el sistema capitalista de producción, con su actual modelo neoliberal, pues en éste el sistema educacional no hace mas que perpetuar la diferenciación de clase y el sometimiento de las mayorías por parte grupos o clases reducidas, pero con el poder económico y político en sus manos, además de transformar la educación en un bien más de consumo tranzable en el mercado. En este sentido, el proceso de enseñanza- aprendizaje debe llevar en su seno los elementos esenciales de la cultura burguesa (propiedad privada, sistema político “democrático”, libertad de empresa, de consumo, principios éticos y morales, etc.), los cuales se transmiten a las grandes masas populares en forma explicita e implícita (curriculum oculto), por lo cual la evaluación también debe seguir el cumplimiento de este proceso. De tal forma, la evaluación se confunde con calificaciones y no pasa de un hecho terminal, pues la sociedad capitalista asigna a las calificaciones un valor de cambio con el cual el estudiante o futuro profesional se debe desenvolver eficientemente en tal sociedad competitiva e individualista.

Miguel Santos Guerra en su artículo “Dime como evalúas y te diré que tipo de profesional y de persona eres”, publicado el año 2003 en la Revista Enfoques Educacionales de la U. de Chile, sostiene que la evaluación esta condicionada por factores tales como las prescripciones legales, supervisiones institucionales, presiones sociales, condiciones organizativas, entre otros, los que se manifiestan de forma clara en la forma de evaluar del docente. En consecuencia, de acuerdo al tipo de evaluación y la forma en cómo esta es abordada, es posible revelar las concepciones del evaluador, sus actitudes y principios éticos.

De acuerdo a lo que se señala mas arriba, lo más probable es que el evaluador, debido a la poderosa influencia de la cultura neoliberal basada en la competitividad descarnada, la eficiencia y el individualismo, opte por dejarse arrastrar por tal influjo (consciente o inconscientemente), o bien se vea “obligado” al funcionar de acuerdo a la lógica del sistema educacional y/o de su institución educativa.

Por todo lo anterior, podemos concluir que las formas de llevar a cabo el proceso de evaluación y sus resultados no son tanto causa sino consecuencia de la lógica mercantil de funcionamiento de nuestra sociedad. Por tanto, la solución a tal problemática y la implementación de un proceso de evaluación en función de los aprendizajes y no de los resultados cuantitativos debe ser en torno a un proceso de enseñanza-aprendizaje que permita al estudiante desarrollarse integralmente como sujeto social de cambio, crítico y solidario.